Interrupción o continuación del tratamiento con betabloqueantes tras un infarto de miocardio- ABYSS Trial
Autor: Dr. Aldo Hugo Santoyo Saavedra, R1 de Cardiología en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez
Introducción: Se desconoce la duración adecuada del tratamiento con betabloqueadores después de un infarto de miocardio no complicado, la interrupción de los betabloqueadores puede reducir los efectos adversos y mejorar la calidad de vida. La mayoría de recomendaciones del beneficio del tratamiento con betabloqueadores como prevención secundaria después de un infarto de miocardio con FEVI mayor o igual del 40% surgen de estudios de la era previa al tratamiento de reperfusión. El objetivo de este estudio fue demostrar la no inferioridad de interrumpir el tratamiento con betabloqueadores frente a continuarlos respecto a la aparición de eventos cardiovasculares y cambios en la calidad de vida.
Métodos: Se trata de un ensayo abierto, aleatorizado, multicéntrico, que incluyó a 3698 pacientes de 49 centros de Francia (incluyó a pacientes con infarto de miocardio previo, FEVI ≥ 40%, sin eventos cardiovasculares previos en los últimos 6 meses y sin alguna otra indicación para recibir tratamiento con betabloqueadores). Los pacientes fueron aleatorizados a un grupo de interrupción de betabloqueadores y un grupo de continuación. El desenlace primario del estudio fue el compuesto de muerte, infarto de miocardio no mortal, accidente cerebrovascular no mortal y hospitalización por otras razones cardiovasculares (taquicardia supraventricular, taquicardia ventricular, hipertensión arterial descontrolada, insuficiencia cardiaca, aparición de angina o isquemia). El desenlace secundario fue la valoración de cambios en la calidad de vida por medio del cuestionario europeo de calidad de vida de 5 dimensiones.
Resultados: Se incluyeron a 3698 pacientes aleatorizados: 1846 al grupo de interrupción y 1852 al grupo de continuación. La media de edad fue de 64 años y el 17 % eran mujeres. La mediana de tiempo entre el último infarto de miocardio y la aleatorización fue de 2,9 años y la mediana de seguimiento fue de 3 años. Se produjo un evento del desenlace primario en el 23,8% del grupo de interrupción y en el 21,1% en el grupo que continuaron betabloqueadores, con un hazard ratio de 1,16; (IC del 95 %, 1,01 a 1,33; p=0,44 para no inferioridad). Dentro estos se produjo muerte en el 4,1% del grupo de interrupción y en el 4,0% del grupo de continuación, mientras que el infarto de miocardio se presentó en el 2,5% del grupo de interrupción y en el 2,4%, en el grupo de continuación. Sin embargo la hospitalización por causas cardiovasculares se produjo en el 18,9% y en el 16,6% respectivamente (p<0.001). La interrupción del betabloqueante no mejoró la calidad de vida de los pacientes.
Conclusiones: La estrategia de interrumpir betabloqueadores en pacientes con infarto de miocardio previo no demostró seguridad en eventos cardiovasculares, se asoció a más hospitalizaciones especialmente en pacientes hipertensos. No mejoró la calidad de vida y se asoció a un aumento en las cifras de presión arterial y frecuencia cardíaca.
Repercusión clínica: Las diferencias en la tasa de hospitalización por razones cardiovasculares y el aumento en las cifras de presión arterial y frecuencia cardiaca, además de la ausencia de cambios en la calidad de vida, no respaldan la interrupción del tratamiento con betabloqueantes en pacientes con infarto de miocardio previo.
Bibliografía: Silvain J, Cayla G, Ferrari E, et al. Beta-Blocker Interruption or Continuation after Myocardial Infarction. N Engl J Med. 2024; Aug 30.